Estos días de vacaciones he leído en la prensa algunos casos sobre cómo el Social Media puede ayudar a cambiar una vida anónima para bien o para mal de la noche a la mañana. Algunos casos curiosos, otros dramáticos. Uno de ellos es el de la joven iraní, Zahra Soltani, Neda para los amigos, profesora de literatura inglesa en Teherán.
En junio de 2009, las protestas tras las elecciones presenciales en Teherán estaban en un momento álgido: manifestaciones, detenciones, protestas; y en medio del caos, el disparo de un francotirador causa la muerte de una joven muy parecida físicamente a Zahra e identificada como Neda Agha-Soltan. El problema vino cuando el asesinato de Neda es grabado en vídeo, colgado en Youtube, corriendo como la pólvora por la red, y se emite en la TV afgana junto a la foto del perfil de la profesora en FB. Sí, alguien la buscó en la red social y la encontró como Neda, con un apellido parecido al de la joven identificada en el tiroteo.
A partir de ese momento, Zahra, que nunca se había metido en política, se convierte en un símbolo de la lucha contra el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad. Gobierno que le obliga a aparecer en los medios para desmentir su muerte y demostrar que el tiroteo era una farsa, convirtiendo su vida en una suerte de idas y venidas de la política corrupta del gobierno con amenazas de muerte cuando la joven se niega. Ahora, Zahra vive exiliada en Alemania, y ha tenido que dejar atrás su vida en su país. «Los medios de comunicación de comunicación occidentales y el servicio secreto iraní me han destrozado la vida», explica claramente.
Otro caso que me llamó la atención es el del estudiante universitario inglés Steven Holmes, que un buen día abre su cuenta en Twitter y confirma que tiene un nuevo follower, nada más y nada menos que la estrella del rap Kanye West. La curiosidad, ser la única persona a la que sigue el repero, quien cuenta con 400 mil followers en el micro-blogging. Desde ese momento, el universitario cuenta con sorna que se siente bajo presión ante sus nuevos seguidores. Parece ser que este es el último divertimento de las estrellas, elegir a un anónimo y ver que ocurre con la elección. Un planazo, vaya.
Mejor partido le ha sacado la joven Sarah Killen, una joven de 19 años a punto de casarse. El famoso presentador de la NBC Conan O´Brien la eligió al azar e hizo subir como la espuma los followers de Sarah, de 3 a 10 mil en pocos días. Sarah ha abierto una website donde sus seguidores pueden donar a la caridad los regalos ofrecidos a los recién casados, además de amueblar su nueva casa con algún que otro obsequio. Podría haber montado una empresa de crowdsourcing con los presentes, por ejemplo. Y tú, ¿qué hubieras hecho?